Danzando entre la Nada y la Furia
Relatos
Relatos
de Marina Klein
Hay un vértigo en los extremos que los hace deliciosos.
La furia es ese momento de lucidez en el que las cadenas
tiemblan, se quiebran en pedazos y ya no consiguen apresar los cuerpos ni lo
que ellos contienen.
La nada de los días se transforma alquímicamente a través de
esa danza desenfrenada y visceral porque convierte la mera existencia, que
arrastra a los sujetos desde el nacimiento hasta la muerte, en algo vital,
incendiado.
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